Análisis Sanitario del 13N (I)

De nuevo volvemos a vivir situaciones provocadas por la sin razón de unos pocos que intentan imponer unos idearios apocalípticos distantes de toda realidad humana, usando la violencia en forma de muerte y desolación para intentar generar terror en las poblaciones hacia las que va dirigida.

Estamos hablando de los últimos atentados sucedidos en París el pasado viernes 13 de noviembre. Ya nos quedan para siempre unas siglas más, 13N, para unirlas a otras que nos rememoran horrores similares.

Acaba de ser publicado en la revista científica The Lancet el primer análisis de la respuesta sanitaria a los ataques terroristas de París (“The medical response to multisite terrorist attacks in Paris”) escrito por Martin Hirsch, director general de la AP-HP (Assistance Publique-Hôpitaux de Paris) et col.

Aunque todavía es muy pronto para sacar conclusiones sobre las actuaciones de los servicios sanitarios en este atentado, seguro que en los próximos meses verán la luz innumerables análisis sobre el tema, nos vale como una primera aproximación para el estudio del dispositivo que se puso en práctica.

parisEl atentado, como todos sabemos, tuvo unas características peculiares para los servicios de emergencias, fue principalmente: multifocal, recordemos que se produjeron explosiones en el Stade de France además de cuatro tiroteos en otras zonas y el tiroteo y explosiones de la sala Bataclan; se alargó en el tiempo, al menos durante más de tres horas los terroristas estuvieron atrincherados en la sala Bataclan; y existía una gran incertidumbre sobre si se podrían producir nuevos atentados (figura 1).

Todos estos elementos unidos al elevado número de víctimas y su gravedad nos dan una idea de la complejidad a la que se enfrentaron los servicios de emergencias franceses.

Lo primero que nos llama la atención de la publicación sobre los hechos es que desde enero de 2015 dicen que esperaban un atentado de características similares y que esto les llevó a entrenarse en simulacros y formaciones encaminadas a solucionar situaciones de este tipo, incluso estudiaron los atentados sucedidos anteriormente en Madrid, Londres, Boston, etc. además de la experiencia propia adquirida con el de Charlie Hebdo. Es más se dio la “cruel ironía” que la misma mañana de los atentados hicieron un simulacro de estos. Podemos decir que estaban entrenados y preparados, en la medida que les dan las simulaciones.

Otro punto a tener en cuenta es que contaban con un plan de emergencia predefinido, el Plan Blanco, que el director del mismo no dudó en activarlo por primera vez en Francia de forma temprana y que demostró su eficacia por este hecho. En este plan se enumeraban las acciones a seguir por los diferentes responsables que fueron ejecutadas por los servicios.

Así el SAMU (Servicio de Atención Médica Urgente francés) desplegó en la zona de los atentados 45 unidades y trasladaron 256 heridos (el resto fueron a los hospitales por sus medios). Realizaron los primeros triages de las víctimas. Estabilizaron y trasladaron principalmente para cirugías (el agente lesional predominante fue la herida por arma de fuego de alta energía) a los heridos a los hospitales útiles. Todo ello dentro de una situación de alto riesgo por la incertidumbre, como hemos comentado antes, de que existieran nuevos atentados, recordemos que los terroristas de las zonas de ocio no habían sido neutralizados.

Pero una vez más se demostró el compromiso y profesionalidad de estos sanitarios en general, y de las enfermeras de estos dispositivos en particular, en anteponer la atención de sus pacientes a su propia seguridad. Incluso la respuesta altruista que tuvieron los que estaban francos de servicio que acudieron a los mismos a apoyar en lo necesario. Prueba de esto es que el citado artículo hace hincapié en que la “fórmula ganadora” fue “la espontaneidad y profesionalidad del personal sanitario”.

Nuestro recuerdo a las víctimas y sus allegados, deseando que los heridos se recuperen cuanto antes de sus lesiones.

También nuestro agradecimiento a los sanitarios franceses, es especial a las enfermeras, que una vez más demostraron, en unas condiciones extremas y de alto riesgo, su compromiso en la lucha por la vida de sus semejantes.

Juan Carlos Gómez

Autor Juan Carlos Gómez

El mecanismo de acción de la puño percusión precordial (en la reanimación cardiopulmonar) es el de una desfibrilación eléctrica de 0,04 a 1,5 Julios, debido a la conversión de la energía mecánica en energía eléctrica. Blog orientado a la enfermería de Urgencias y Emergencias.

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