Estocada a los congresos científicos

Aunque Hacienda le ponga remedio, los congresos médicos y eventos científicos a los que acuden para formarse los profesionales sanitarios pueden tener los días contados, tal y como los conocemos hoy en día. No porque desaparezcan, ya que eso no va a ocurrir, sino porque tenderán a ser más reducidos y la afluencia a los mismos se verá reducida sobremanera. ¿Cuál es la razón? No hay una sola, sino varias, pero alguna de ellas influye por encima de las demás en un giro copernicano que no se atisbaba hace años y que puede poner en jaque el actual sistema de formación continuada sin que existan alternativas públicas factibles.

Una de las razones que explican este cambio es la merma de plantillas en los centros y la creciente presión asistencial, factores ambos que no incentivan precisamente al profesional a desplazarse durante sus días de ocio a eventos científicos para ponerse al día voluntariamente de todas las novedades terapéuticas y clínicas que están a punto de llegar al mercado. La otra, de mucho más peso, viene motivada por las ansias de transparencia de la propia industria farmacéutica y por el Ministerio de Hacienda, siempre ávido de fiscalizar cualquier actividad, incluida la formativo-sanitaria, pese a la promesa de frenar en seco la tributación que estaba planeada.

La tormenta perfecta que se cierne sobre estos congresos y sobre sus participantes tiene como fecha aproximada de llegada la segunda mitad del próximo año, que es cuando los laboratorios colgarán de forma individualizada los nombres y apellidos de los sanitarios que acudan a los congresos bajo su patrocinio, así como el importe de la subvención concedida para ello. Salvo cambios de última hora, que no se esperan, el profesional que se niegue a que se divulgue su nombre y la ayuda económica recibida dejará de percibirla, lo que complicará su presencia en el congreso de marras. A esta tormenta se suman los vaivenes de la Agencia Tributaria.

En su ya famosa resolución de principios de mayo, el órgano de Hacienda consideraba que los sanitarios deberían tributar cuando viajen a congresos invitados por los laboratorios, al considerar que dicha invitación constituye una retribución en especie, puntualizando que no deberían tributar cuando el impulsor de la asistencia a un evento científico o congreso sea el propio hospital o centro de salud en el que trabaje el profesional, situación harto infrecuente, pues es sabido que la Administración no es precisamente pródiga a la hora de repartir dádivas entre sus empleados para que mejoren sus conocimientos. De hecho, el sistema público de formación continuada como alternativa al modelo privado que costea la industria farmacéutica es inexistente en nuestros días. La rectificación de Hacienda con la promesa de un cambio legislativo despeja dudas y aparca miedos, pero los obstáculos a los desplazamientos siguen vigentes e influirán en el formato de los eventos. Que nadie lo dude.

PREGUNTAS SIN RESPUESTA

¿Qué gran propuesta le lanzó Luis González, presidente de los farmacéuticos de Madrid, a Jesús Aguilar, presidente del Consejo, durante una de las últimas asambleas de la organización colegial?

¿Con quién está muy irritado el presidente del Consejo General Farmacéutico?

¿Qué decisión adoptada en Malta ha puesto de los nervios a más de una compañía farmacéutica?

¿Qué consejero de Salud socialista ha desatado la ira de más de un laboratorio? ¿Por qué?

¿Qué compañía ofreció al candidato a un colegio profesional que está cerca de Madrid pagar autobuses para que los colegiados acudieran en masa a votarle? ¿A cambio de qué?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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