Historias de gerentes

De todas las historias que circulan por la Sanidad, hay unas que siempre me han resultado fascinantes: las que afectan a los gerentes. A lo largo de la historia ha habido gerentes de todo tipo, como en botica. Por haber, hubo uno que previamente fue gerente de un matadero de animales, lo que provocó no pocas rechiflas y chascarrillos entre los miembros de las organizaciones sindicales del hospital en el que trabajaba, cuando se enteraron de ello. Ni que decir tiene que durante su gestión el centro no se convirtió en un desolladero ni en nada parecido, pero los sanitarios que ejercían en él comentaban que oír las explicaciones del susodicho en los maitines de los lunes constituía un verdadero sacrificio por la falta de sintonía y el aburrimiento.

Desde la creación del Sistema Nacional de Salud (SNS) ha habido gerentes que se han autoproclamado ateos y otros muy creyentes. Una, para más señas, pasó a la historia de las gerencias por escatimar las raciones de carne a los enfermos en una Semana Santa por razones religiosas. Cuando se filtró a la prensa todo aquello, fue cesada fulminantemente por la Consejería tras una severa reprimenda. La carne o, mejor dicho, la falta de ella, acabó con su fulgurante carrera y los pacientes pudieron volver a comerla aunque perdieran la indulgencia. También ha habido gerentes deportistas que igual le daban a la bici que patadas a un balón, y otros que eran y son fumadores empedernidos; algunos honrados y otros no
tanto; mujeriegos y aparentemente asexuados.

Pero de todas las historias de gerentes que han circulado estos años hay una que se lleva la palma:la de un gestor con un apellido muy común, gallego para más señas, al que le gustaba quitarse la chaqueta y la corbata para vestirse de paisano y hacerse pasar por un ciudadano enfermo, ocultando su identidad real a celadores, enfermeras y doctores. Con ello quería comprobar in situ el funcionamiento del hospital en el que estrenaba puesto. Cuando fue desenmascarado por los trabajadores, aquel gerente que acudía de
incógnito a las urgencias fingiendo padecer dolores fue apodado “el Brubaker” de la Sanidad española. Así pasó a la historia. Cierto es que no se daba ni un aire a Robert Redford, pero su método sí recordaba al plasmado en la película que protagonizaba el actor californiano.

También hubo gerentes sencillos y otros déspotas y autoritarios. Aún se recuerda aquel de un hospital madrileño que aprovechó una orden de la Consejería sobre la jubilación forzosa para intentar meterles el miedo a los pata negra de la medicina que trabajaban desde hacía años en el hospital. Cuando la Consejería dio marcha atrás, los mismos médicos hostigados acudieron en masa a su despacho para hacerle la pedorreta.Varios de ellos siguieron, por cierto, en sus puestos meses después de que él lo dejara.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué compañía vinculada a los seguros se dedica a intentar fichar como asesores a médicos jóvenes y con nombre para acudir con ello luego a las elecciones colegiales?

¿Qué personaje ha movido todos los hilos a su alcance para mantenerse en la fundación de una conocida empresa vinculada a los seguros?

¿Qué político está manteniendo decenas de reuniones en su despacho del Congreso con representantes del sector sanitario?

¿Por qué quiere divulgar Fenin de forma diferente a Farmaindustria las transferencias de valor?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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