Liderazgo y dirección en enfermería

El liderazgo hace referencia a actitudes y valores relacionados con el talante personal y su influencia en las personas, que las capacita para gestionar la cultura y los valores de la empresa y de los grupos profesionales que la constituyen, teniendo en cuenta las relaciones de poder y los afectos, así como las tendencias y los intereses del grupo.

Las direcciones en las organizaciones sanitarias, son las estructuras donde se desarrolla el liderazgo formal, que garantiza el poder incorporar las demandas profesionales que surgen de la evolución disciplinar y de los propios requerimientos sociales respecto de una atención de cuidados para la salud y el bienestar de las personas.

Para Chopra (2012) todo líder tiene unas características comunes: el poseer buenos conocimiento en su disciplina, la capacidad para motivar, la confianza, la comunicación, el entusiasmo, la visión global de las situaciones, el valor y la capacidad para tomar decisiones que incluyen riesgos. Estas características son coincidentes con las que debe tener un buen directivo.

Vela Valle (2015) en su estudio sobre el perfil de competencias y liderazgo de las enfermeras gestoras concluye que existen grandes expectativas por parte de los profesionales enfermeros hacia sus gestores sobre liderazgo, quedando patente en el enunciado «La supervisora/coordinadora debe ser una buena gestora y líder» y en su estudio obtienen que se trata de la más prioritaria competencia reconocida en la dirección de enfermería. Destacando el liderazgo como un aspecto organizativo que influye en el entorno de la práctica profesional enfermera. La capacidad, liderazgo y apoyo a las enfermeras por parte de los gestores enfermeros se percibe fundamentalmente a partir del papel comprensivo de la supervisora o coordinadora y de sus tareas de asesoramiento y apoyo (De Pedro Gómez, 2009).

El líder debe crear un ambiente positivo donde el grupo conozca su misión y tenga depositada la confianza en el logro de las metas, ya que las características propias del líder pueden también generar un ambiente de competitividad en donde se cierre la comunicación generando desconfianza.

La capacidad de influenciar el comportamiento de una persona o un grupo, es lo que se conoce como liderazgo. Debemos promover el cambio, modificando el estilo de dirección de los responsables de los distintos servicios para lograr el liderazgo transformador, el estilo de dirección autoritario está obsoleto y es desmotivador en las organizaciones sanitarias y tristemente sigue estando muy presente, es preciso un cambio sin más demora.

Los líderes deben definir una cultura de equipo, valorando más los aspectos colectivos del grupo, que los individuales, gestionando y optimizando el propio tiempo, buscando oportunidades desde el trabajo en equipo, ofrecer y aceptar disculpas, reconociendo errores, siendo dinamizadores del equipo de dirección y de los respectivos equipos, actuando como integradores y dinamizadores de calidad de estos al hacerlos participar en todas las propuestas de mejora.

Los modelos de calidad asistencial utilizados ampliamente en nuestro país incorporan el Liderazgo como un criterio fundamental a desarrollar en las organizaciones sanitarias para alcanzar la calidad en la prestación asistencial al paciente y familias. De este modo, el modelo de excelencia de la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (EFQM), tiene como primer criterio el liderazgo, y sin duda el liderazgo en toda organización, y como no, en las sanitarias, se tiene que ejercer fundamentalmente por los responsables de la organización, en nuestro caso todos los profesionales con puestos de responsabilidad (gerentes, directores, subdirectores, supervisores de área y supervisores de unidad).

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