Pies de plomo de Sanidad ante el avispero profesional

Aunque conoce de sobra el sector, por haber sido consejera de Salud en Valencia, la nueva ministra de Sanidad anda con pies de plomo en lo que se refiere a las profesiones sanitarias. Tanto es así, que ha postergado al máximo sus encuentros de bienvenida con organizaciones colegiales y numerosas sociedades profesionales, porque sabe que cualquier paso en falso o palabra mal entendida puede dar lugar luego a interpretaciones erróneas que se volverían en su contra, aunque no sea ya lo mismo que en los bélicos tiempos de Máximo González Jurado o de Ramiro Rivera.

Como si del avispero del Cáucaso se tratase, en donde cualquier movimiento de un dirigente georgiano en Osetia y Abjasia, o de uno azerí o armenio en Alto Karabaj podían desatar una onda sísmica en Rusia, Irán o la misma Turquía, Carmen Montón teme provocar recelos entre los representantes de los médicos, las enfermeras y los farmacéuticos, porque sabe que cualquier actuación en favor de una de las profesiones puede poner a las demás en pie de guerra contra la beneficiada y, sobre todo, contra el Ministerio, en un momento en el que Pedro Sánchez busca la pax sanitaria, abrumado por el peso de la minoría parlamentaria del PSOE. Como cada profesión cuenta con sus propios aliados en el Parlamento y en las diferentes consejerías, cualquier paso en falso supondría un tropezón colosal para Montón y sus lugartenientes. ¿Merece la pena darlo para obtener a cambio tan poco rédito mediático entre la población general, por tratarse de asuntos meramente profesionales? En el Ministerio se piensa que no.

El avispero profesional muestra a sus principales actores bastante agitados. Hartas de, lo que consideran, una usurpación de sus competencias, las enfermeras reclaman para sí la atención sanitaria y reniegan de la farmacéutica, iniciando para ello una gran ofensiva mediática similar a la que emprendieron tiempo atrás contra los médicos en su cruzada por la prescripción. Como esta todavía no se ha materializado, la irritación del colectivo es superlativa, aunque el desencanto es mayor con el PP que con el PSOE. Por su parte, los farmacéuticos caminan ambiguos y han optado por el silencio como réplica. Su lucha se dirige a preservar posiciones y a mejorar la rentabilidad de unos establecimientos tocados por la crisis. En el Ministerio lo saben, y no les consideran especialmente beligerantes en estos momentos, salvo si se les provoca ¿Y los médicos? Los médicos andan enfrascados en sus guerras intestinas y no parecen propensos a aguarle la fiesta del poder a Sánchez, aunque los socialistas interpretan que sus organizaciones no son de fiar. Pese a su tibieza y a materializarse a través de un simple comunicado, la respuesta de la OMC en contra de la legalización de la eutanasia no ha sentado bien en el partido. En este escenario, el Ministerio cree que una actitud pasiva y la correcta ejecución de la OPE servirán para abortar cualquier escenario bélico a nivel profesional.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué importante deuda mantiene una Consejería de Salud con uno de sus principales proveedores?

¿Qué dos personas han emprendido su particular vendetta contra Miguel Carrero en PSN?

¿Qué director de Relaciones Institucionales de la industria está muy tocado en su laboratorio porque apenas cuenta con contactos en las filas del PSOE?

¿A qué alto cargo del Ministerio no le gustan las subastas andaluzas y tratará de resistir su aplicación si María Jesús Montero se empeña en implantarlas?

¿Qué jubilación en ciernes va a ser muy sonada en el sector sanitario?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

Leave a Comment