Un plan renove para que los hospitales no se caigan a pedazos

Desde el inicio de la crisis se han escrito auténticos ríos de tinta sobre el impacto que ésta ha ocasionado a la Sanidad española. Centenares de artículos han puesto el énfasis, por ejemplo, en las listas de espera diagnósticas y quirúrgicas, disparadas en todo el país, pero con especial intensidad en Cataluña, comunidad antaño admirada y hoy proscrita tras los desmanes del «procés». Otros tantos se han centrado en los recortes de plantillas y en la congelación salarial como las principales consecuencias de los ajustes presupuestarios acometidos en todos los servicios de salud. Y centenares más se han detenido en el frenazo en seco que experimentó la llegada de nuevos y revolucionarios fármacos a los hospitales. Sin dinero, venían a concluir, no hay tratamientos milagrosos posibles, salvo presión extrema de los pacientes beneficiados.

Pese a la proliferación de material periodístico sobre el particular, poco se ha dicho en cambio sobre una de las repercusiones posiblemente más graves del «crash» económico en la Sanidad española: la caída en picado de la inversión en infraestructuras y, más en concreto, de la que técnicamente se conoce como obra de reposición. A diferencia de lo ocurrido en otros sectores, puede decirse que la congelación de fondos para apuntalar las infraestructuras existentes ha golpeado con más dureza incluso a la Sanidad, dada la elevada edad que ya arrastraba la mayor parte del parque hospitalario español.

Un interesantísimo estudio de la Fundación BBVA revela que la inversión en infraestructuras sanitarias se ha reducido un 37% desde 2009 en España, afectando prácticamente a todas las comunidades salvo a Cantabria, en donde ha subido de forma sorpresiva. Conviene efectuar aquí la precisión de que las estadísticas computan todo tipo de inversión. Si excluimos la obra generada en los nuevos hospitales, el descenso sería por tanto mucho más acusado. Esto se traduce en las numerosas noticias que salpican durante las últimas semanas las secciones de local de los medios, como si de meros sucesos se tratase: desde inundaciones hasta desprendimientos de techos en pasillos, salas de espera y quirófanos.

Como ya se ha apuntado antes el fenómeno de baja inversión en obra de reposición no distingue entre territorios según el partido que gobierne, ya que afecta a todos por igual, lo que está llevando a los expertos en arquitectura y gestión sanitaria a plantear la necesidad de un plan renove total que permita al menos a los edificios más antiguos aguantar en pie otros 20 años sin riesgos de salubridad o de seguridad para el personal y los pacientes. Varios de ellos cuentan por ejemplo que algún conocido hospital ubicado en el centro peninsular debería echar el cierre por su grave deterioro estructural. En otros, la renovación tendría que abarcar UCIs y quirófanos. De momento, la propuesta formulada a varios partidos
políticos ha caído en saco roto.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Cuántos miles de millones recibirá de menos la Sanidad este año con respecto a 2009? ¿2.000, 3.000 o 5.000?

¿Por qué se ha descolgado el Colegio de Médicos de Madrid del acuerdo contra el intrusismo profesional impulsado por los colegios de farmacéuticos, odontólogos y estomatólogos?

¿Qué político con pasado sanitario ha decidido vincularse a una empresa de nuevo cuño que trabaja ya para el sector? ¿En calidad de qué?

¿Qué directivo de una conocida empresa sanitaria valora la posibilidad de tirar de la manta difundiendo públicamente todas las presuntas irregularidades de algunos de sus directivos e, incluso, poniéndolas en conocimiento de la Fiscalía?

 

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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