Una alianza histórica que debe crecer

Los casos de intrusismo, publicidad engañosa y mercantilización laboral constituyen un azote para las profesiones sanitarias en España. A algunas, les golpea más que a otras. Los dentistas, por ejemplo, tienen que hacer frente a varias grandes cadenas que priman los tratamientos más caros para los pacientes frente a los más adecuados para su salud, con los consiguientes perjuicios que se derivan de ello. A los farmacéuticos, el golpe les llega desde internet y las redes sociales, con la consecuencia de que los enfermos acceden a supuestas terapias que sortean los canales adecuados para garantizar su efectividad, seguridad y administración adecuada. Los fisioterapeutas colisionan por su parte con los naturópatas, lo que les deja en situaciones de indefensión en caso de reclamaciones por mala praxis. Los médicos y las enfermeras también tienen sus chinas en el zapato. El caso de este último colectivo es especialmente llamativo frente a las llamadas dolulas, un colectivo de falsas consejeras de las embarazadas que ponen en riesgo la salud de las madres y de los bebés, y que incitan a las madres a prácticas más propias de la Edad Media que del Siglo XXI, como bien denunció en su día el Consejo General de Enfermería ante la opinión pública. Un escándalo, en definitiva.

Resulta por ello muy interesante la iniciativa que han adoptado varios colegios profesionales para ponerle freno. En una alianza histórica e insólita, las corporaciones profesionales de Madrid correspondientes a la odontología, la fisioterapia y la farmacia han decidido unir fuerzas frente a lo que consideran, con razón, una bomba de relojería para la salud pública de la población. El acuerdo va a llevar a estos tres colegios profesionales a realizar conjuntamente campañas para sensibilizar a los ciudadanos y a las autoridades políticas, sorprendentemente pasivas ante todo lo que está ocurriendo. El llamamiento exige el cese de estas prácticas, y lleva aparejada una petición implícita a los servicios de inspección para que actúen con la ley en la mano y con celeridad ante chiringuitos sanitarios, falsos profesionales y entidades espurias ávidas de enriquecerse a costa de los ciudadanos. Se trata de prevenir antes que curar. Sería deseable en cualquier caso que los colegios de médicos y de enfermería se sumaran a esta iniciativa, y que ésta se hiciera extensiva, además, a todo el ámbito nacional mediante la correspondiente incorporación de los consejos generales de las diferentes profesiones sanitarias. La alianza es una buena forma de defender la salud de los pacientes y de poner en valor a unas corporaciones de derecho público cuya permanencia se encuentra siempre en el disparadero por el carácter obligatorio de la colegiación. Los tres impulsores agrupan a casi 33.000 profesionales sólo en Madrid. ¿Se imagina alguien el impacto que tendría una alianza colegial como ésta en todo el país?
PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué laboratorio está preocupado con un nuevo medicamento contra la esclerosis que aún no ha llegado al mercado? ¿Por qué?

¿Qué médico dejó prácticamente inservible la información sanitaria de su comunidad de casi todo un año durante su etapa como político? ¿Qué hizo exactamente?

¿Qué presidente de un colegio sanitario ha quedado muy mal al desligarse de una interesante iniciativa sanitaria? ¿Cuál es esa iniciativa?

¿Qué directivo sanitario atraviesa horas muy bajas en su trabajo y da por hecho que perderá el empleo en 2018? ¿Por qué?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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